Café irlandés Versus Espresso Martini.

Begoña A. Novillo15/07/2025
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Desde que probé el Café irlandés en el desaparecido Tanka´s de Madrid, supe que estaría en mi vida para siempre. Aficionada al buen café y al whisky, era lógico que me gustara. Pero la realidad es que hace tiempo vengo observando que esta bebida, tan frecuente antaño en las cartas de los restaurantes, está desapareciendo poco a poco de las mismas dando paso a otros cócteles más modernos y vanguardistas como el Espresso Martini. Ambos comparten el café como uno de sus ingredientes principales, pero ¿cuál te gusta más? ¿aún no los has probado?

El café irlandés es tan famoso por su sabor único como por su fascinante historia. La bebida la inventó el barman Joe Sheridan en el bar del aeropuerto de Foynes (Irlanda). Se cuenta que, en una noche fría y lluviosa, preparó esta bebida para calentar a un grupo de viajeros. La bebida rápidamente ganó popularidad, y en 1952, un escritor del San Francisco Chronicle lo probó en el aeropuerto de Shannon y lo popularizó en Estados Unidos. Lo demás es historia. 

El Espresso Martini surgió a principios de la década de 1980 en Londres. Fue creado por el barman Dick Bradsell en el Soho Brasserie, quien mezcló vodka, licor de café y un trago de espresso para una modelo que quería una bebida que la despertara. La bebida fue bautizada inicialmente como "vodka espresso" y posteriormente se convirtió en el Espresso Martini que conocemos hoy.

Es verdad que no comparten el destilado, uno se sirve frío y otro caliente, el recipiente son diferentes, pero ambos están buenísimos. Durante varios meses he probado ambos cócteles de diferentes maneras; clásicas, más modernas, en copa, en vasos especiales, desestructurado e incluso con alguna alteración en alguno de sus ingredientes principales como el Espresso Arehúcas, elaborado con ron del mismo nombre en su Destilería -un toque diferente para los amantes de este destilado- o el Tiramisú Martini (Baldoria) -puro sabor a Italia- y, aunque el café irlandés sigue siendo mi preferido, el Espresso Martini gana puntos a medida que lo pruebo.

Pero es mi opinión y creo que lo mejor es que los degustes en primera persona. Aquí van mis recomendaciones que creo te serán de gran ayuda para encontrar un lugar donde degustar un gran Café Irlandés o un gran Espresso Martini a lo largo de nuestro territorio.

Restaurantes y Hoteles donde disfrutar de un buen Café Irlandés clásico: Barbudo, Berria, Casino de Alcalá, El Telégrafo, Papúa Colón, Rocacho, Barbillón, Jardín del Intercontinental (en Madrid) y Can Vicenç (Mallorca), Kimpton Los Monteros (Marbella) o Tívoli La Caleta (Tenerife). En todos ellos lo preparan de manera tradicional con los siguientes ingredientes: 80 ml de café cargado y caliente. 40 ml de Whisky irlandés. 40 ml de nata batida, o crema de leche (35% materia grasa). 15 g. de azúcar blanquilla o moreno. Para decorar (opcional): pizca de canela molida, cacao en polvo, o bien un par de granos de café

Restaurantes y Hoteles donde disfrutar de un Espresso Martini: La Merced, Roostiq, Thai Garden, La Única (en Madrid); Es Figueres (Mallorca) o Kimpton Los Monteros (Marbella). Todos ellos lo preparan de manera clásica con los siguientes ingredientes: 5 cl de vodka. 2,5 cl de licor de café. 1,5 cl de azúcar líquido. 5 cl café arábica. Hielo.

Pero quires tener una experiencia única acércate al restaurante Gastrovía61 (Grupotel Mayorazgo) y descubre su afamado Café irlandés en deconstrucción ¿valeee? Su propuesta recoge y transforma esa esencia cálida y reconfortante en un cóctel único que combina historia y vanguardia a partes iguales.

Cada detalle ha sido diseñado para cautivar los sentidos: una copa de martini escarchada con cacao puro recibe un café espesado y especiado con canela y vainilla, que potencia sus notas más afrodisíacas. Sobre esta base, una sugerente porción de helado de vainilla de Veracruz añade frescura, mientras que una suave crema chantilly semi montada, preparada al momento en la mesa, aporta una textura sublime y un toque teatral que cautiva los sentidos. El broche final eleva la experiencia con una peineta de chocolate hondureño con almendras de elaboración artesanal, un sutil toque de cacao puro y las sorprendentes perlas de whisky liofilizadas, que estallan en el paladar con la intensidad de un brindis irlandés, pero siempre con ese toque castizo y evocador.

¿Con cuál te quedas?