Carmelo Rodero, un bodeguero único

Begoña A. Novillo06/10/2020
Compartir

Quien me conoce sabe que los vinos de Carmelo Rodero son de mis favoritos. Carmelo es un bodeguero único. Simpático y trabajador incansable, desprende carisma allá por donde va. Es el anfitrión perfecto.

Carmelo Rodero pertenece a una vieja estirpe de viticultores de la ribereña localidad de Pedrosa de Duero. Desde muy joven se implicó en el difícil mundo de la viticultura, llegando a invertir sus primeras ganancias en comprar nuevas plantaciones de viñedo.

Hacia el año 1990 inició su propia andadura junto a su esposa Elena y, desde hace unos años, sus preciosas hijas Beatriz y María, se sumaron a este proyecto. Todo este esfuerzo y búsqueda de la calidad se ha visto recompensado con galardones a nivel nacional e internacional a cada vino elaborado desde entonces por Bodegas Rodero y con grandes puntuaciones en listas tan relevantes como Peñín o Decanter.

Carmelo Rodero puede presumir de tener algunos de los mejores vinos de la Ribera del Duero. Sus 140 hectáreas de viñedo custodiado y mimado a partes iguales (en su día proporcionaron uvas a Vega Sicilia) dan lugar a unos vinos de marcada personalidad, gran complejidad y largo recorrido. Esa personalidad de los vinos de Carmelo Rodero nace de la afortunada combinación de dos factores: las características únicas e incomparables de sus viñedos, conjugadas con las más innovadoras técnicas de elaboración en las que forma parte un sistema único y patentado de vinificación, donde se permite mimar las uvas utilizando simplemente la gravedad, sin bombeos.

Se aúnan los métodos tradicionales con las más punteras tecnologías.

Bodegas Rodero cuenta con una amplia gama de producto que abarca desde vinos más jóvenes e intensos, hasta otros más maduros con una excepcional complejidad, estructura y elegancia. Todos ellos poseen un denominador común: máxima calidad.

Carmelo Rodero 9 meses. Tempranillo 100%. Crianza de 9 meses en barrica de roble francés. Nos ofrece a la vista un limpio y brillante color cereza. En nariz, un intenso aroma floral y a fruta roja del bosque, ensamblada en toques lácticos y vainillas, propios de su paso por madera. En paso en boca resulta amplio, elegante, persistente y aterciopelado. Temperatura de servicio entre 14-16ºC

Carmelo Rodero Crianza. Tempranillo 90%. Cabernet Sauvignon 10%. Crianza en roble francés durante un mínimo de 15 meses y trasiegos cada 3 meses. Como no podía ser menos he aquí un excelente vino, imponente en su juventud, elegante en su madurez. Color rubí de capa alta, mantiene excelente notas guinda arropadas por matices rosáceos, en un medio perfectamente limpio y brillante. Sus aromas aún varietales son los primeros en presentarse, bien acompañados por un torrefacto suave bien conjugado con su toque final de regaliz, más fino si cabe. Estructurado y carnoso con un excelente bouquet que se mantiene retronasal después de llenar nuestra boca de intenso sabor; vino perfectamente equilibrado, largo y generoso en sensaciones gustativas. Temperatura de servicio entre 14-16ºC.

Carmelo Rodero Reserva. Tempranillo 90%. Cabernet Sauvignon 10%. Procedente de viñedos propios con más de 30 años. Se trata de un gran vino, muy equilibrado y sugerente, de un intenso color rojo picota con suaves notas violáceas, que marca su crianza de 21 meses en roble francés con brillantes ribetes teja y ámbar. Nariz de gran sutileza con aromas a frutas maduras muy bien conjuntadas con la crianza en madera, que nos lleva a aromas especiales (vainilla, canela) hasta el estimulante aroma de café o tostados. Muy carnoso en boca, de final prolongado y acidez equilibrada. Armoniosos los taninos maduros y suaves que llenan el paladar de sensaciones agradables. Temperatura de consumo entre 16-18ºC

Pago de Valtarreña. Tempranillo 100%. Procede de los viñedos propios del pago familiar de Valtarreña, de 45 a 55 años de edad, que debido a sus peculiaridades genéticas y a su especial microclima, producen un maduración excepcional en la bondad de sus taninos. Es un tinto goloso y potente, al mismo tiempo que suave y aterciopelado. A la vista resulta muy atractivo y nítido y brillante color cereza. Prácticamente sin ribete nos permite vaticinar la larga vida que se augura. En fase olfativa podemos encontrar una intensa y agradable gama de aromas. Se entremezclan las notas que evocan a frutas negras en sazón con recuerdos tostados, también de cueros y cafés. A medida que profundizamos vienen a nuestra memoria aromas especiados, de amplia intensidad y elevada persistencia. En boca resulta muy carnoso, sápido, aterciopelado, estructurado, fresco y dotado de un gran equilibrio. Notas de zarzamora, de caramelos de café con leche, de bosque umbrío, de tabaco de pipa, de minerales… Es un vino eterno en sensaciones que además persisten, pues es muy, muy largo. Temperatura de consumo entre 16-18ºC

TSM. Tempranillo 75%. Cabernet Sauvignon 10%. Merlot 15%. Procedente de viñedos propios de más de 40 años. Crianza de al menos 18 meses en barricas 100%  roble francés de menos de 2 años de antigüedad. Vista: Picota amoratado. Complejo en nariz, frutos negros, recuerdos minerales, tostados, torrefactos y balsámicos. En Boca: es potente, sabroso, con buen esqueleto y peso de fruta, equilibrado, paso elegante, taninos finos aún  marcados y final láctico y balsámico. Sensación tostada. Sorprende por su excepcional complejidad, estructura y elegancia y demuestra la madurez alcanzada por esta casa. Ha sabido concentrar en esta añada potencia, elegancia, expresión frutal y excelente frescura. Un vino de gran longitud y largo recorrido, que va a más. Temperatura  consumo entre 16-18ºC.

Pon un gran vino en tu mesa pon, un Carmelo Rodero.