
Dolce Positano, esencia Amalfitana.
Madrid abre sus brazos a Dolce Positano, el nuevo restaurante italiano que desde principios de septiembre convierte la calle Pintor Rosales en un pasaje directo a la Costa Amalfitana. Inspirado en el glamour eterno de la dolce vita y en la elegancia luminosa de Positano, este proyecto nace con un objetivo claro: sorprender, emocionar y conquistar a los amantes de la buena mesa con una propuesta italiana muy auténtica y original.
Detrás de Dolce Positano hay una historia de pasión, raíces italianas y sueños compartidos. Roberto Castellano, napolitano de sangre, forjó su camino en algunas de las casas más emblemáticas de Nápoles, como Vincenzo Bellavia y Sorbillo. Posteriormente, llegó a Madrid desde Italia para participar en la apertura de Bel Mondo, uno de los proyectos gastronómicos más destacados de la capital. Su talento lo llevó a formar parte de la reconocida pizzería Baldoria, donde se consolidó como uno de los grandes protagonistas de los premios internacionales que la situaron entre las mejores de Europa y del mundo. Allí ejerció como chef pizzaiolo durante la consecución de todos esos galardones. Fue precisamente en Baldoria donde Roberto conoció a su compañero de fogones, Alessandro Giovannelli, con quien ha compartido años de éxitos.
Tras esa etapa, Roberto da un paso adelante con la apertura de su primer proyecto propio: Dolce Positano, acompañado por Alessandro. Una unión de raíces napolitanas y romanas que ha encontrado en Madrid el lugar perfecto para dar forma a un concepto con alma: un restaurante que no solo ofrece comida, sino también recuerdos, emociones y un pedacito de Italia servido en cada plato.
En la carta, la tradición italiana se viste de innovación. Los limones de Amalfi —en distintas texturas— marcan la personalidad de varios platos, mientras que recetas casi secretas de la tradición italiana se reinterpretan con un sello propio.
Algunos imprescindibles son el Facc o ricottar, el conejo a la ischitana, la bella mbriana o el sorprendente babà pie.
Para acompañar, una bodega con un 80% de vinos italianos cuidadosamente seleccionados y una coctelería de espíritu mediterráneo, pensada para quienes buscan vivir la experiencia de un italiano diferente.
El espacio transmite calidez y frescura, invitando a un viaje sensorial donde sabores, aromas y texturas cuentan historias. Con detalles artesanales, frescos decorativos y una barra inspirada en los chiringuitos de Positano, la atmósfera evoca la esencia mediterránea y la sensación de un eterno verano junto al mar.
El restaurante cuenta con un aforo de 103 comensales entre terraza, barra y salón, ofreciendo ambientes para diferentes momentos, desde un aperitivo informal hasta una cena especial bajo la atmósfera mediterránea.
Dolce Positano es ese lugar en el que la pasión, la constancia y la disciplina se mezclan con lo más importante: el afecto que se transmite a través de cada plato.
dolcepositano.com