Juan Monteagudo rinde homenaje a su tierra con una croqueta única que sabe a Castilla-La Mancha.

Begoña A. Novillo22/05/2024
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Creada por y para Castilla-La Mancha. Así es la croqueta de pisto manchego ideada por el chef Juan Monteagudo con la que rinde un homenaje a su tierra, coincidiendo con el día grande de esta comunidad. Este bocado efímero se podrá probar únicamente los días 30 y 31 de mayo en su gastrotaberna La Bechamel (Guzmán el Bueno, 40, Albacete). Todos aquellos que se acerquen a este templo de la croqueta a comer, tapear o simplemente a tomar una bebida recibirán de manera gratuita y como obsequio este original platillo; una oferta puntual y limitada a las 300 unidades creadas para la ocasión. La croqueta de pisto manchego, que toma como base una de las recetas más representativas de esta región, es untuosa, sabrosa y con un perfecto equilibro de sabores. Un acompañamiento perfecto con el que disfrutar del ingenio y la creatividad culinaria del chef albaceteño.  Con esta genuina receta, Monteagudo quiere agradecer a su fiel clientela y a sus paisanos el apoyo prestado en estos últimos años, esencial para su trabajo y el de todo su equipo, que ha conseguido situar a la cocina manchega en la primera línea de la alta gastronomía.

La Bechamel, el local más desenfadado y casual de Monteagudo —en Albacete también tiene Ababol, su laureado restaurante gastronómico—, no solo está consagrado a su deseada croqueta —Juan recibió el premio a la Mejor Croqueta de Jamón en Madrid Fusión 2023—, sino también a una rica y versátil carta de finger food en la que se ensalza el recetario manchego enriquecido con influencias de todo el mundo. Este espacio versátil, que permite disfrutar de los platos por unidades y raciones medias o enteras, tiene un precio medio de entre 20 y 30 euros por persona y es ya un imprescindible del tapeo albaceteño.

La carta cuenta con propuestas ligadas al recetario español y regional clásico, como las gildas, la ensaladilla o las patatas alioli. Sin embargo, el afán viajero y cosmopolita de La Bechamel queda patente en platos como la zapatilla de pastrami y mostaza, los huevos rotos con espuma de guarrilla o la carrillera al curry rojo. En el apartado de principales, La Bechamel muestra su cara más carnívora con el canelón de pularda, el solomillo de cerdo acompañado de gnocchi en crema de queso y la carrillera de ternera en curry rojo y parmentier thai; platos en los que están presentes el producto de cercanía y la técnica adquirida en las diferentes cocinas por las que ha pasado Juan.

Para beber, además de cervezas, la sumiller de Ababol, Laura Caparrós, ha ideado una carta de vinos corta, pero infalible, de la que se puede disfrutar por copas o por botellas, con gran protagonismo de la bodega manchega y manchuela.

labechamel.com