
La Casa del Presidente, un lugar para desconectar del mundanal ruido.
Localizada en la monumental Ávila, esta casa perteneció al Presidente Adolfo Suárez. Lo que fue su refugio más personal se ha transformado en un coqueto hotel situado al lado de la imponente muralla, declarada Patrimonio de la Humanidad. Ésta, separa sus vastos jardines del exterior y es el único hotel del casco antiguo que dispone de piscina. Pero el encanto y la singularidad de este establecimiento residen en su historia. Entre sus muros de piedra se respira el regusto al pasado, pudiéndose intuir en cada una de sus estancias los felices momentos familiares y los hitos históricos de los que sin duda fue testigo el inmueble.
El hotel se distribuye en tres plantas. La inferior es la que más fiel se ha mantenido a la estructura original de la casa y en ella destacan las vigas y contraventanas de madera propias de los palacetes castellanos, el zaguán de piedra que da la bienvenida al huésped (que se ha conservado intacto), la cocina (hoy convertida en el comedor del hotel y decorada con azulejos de cerámica de Talavera y enseres de cobre) y la recepción. Esta última se sitúa en lo que fuera el despacho del presidente, una habitación donde probablemente se fraguó la democracia de nuestro país, se sentaron las bases de la actual Constitución y se cree que Adolfo Suárez se reunió con Carrillo para negociar la legalización del Partido Comunista. Preside la estancia una gran librería de la época de Suárez con una pequeña puerta secreta diseñada para facilitar su huida en caso de emergencia.
También en esta planta se encuentran los salones del hotel, con tres chimeneas, sofás tipo Chester y piezas muy especiales entre las que se incluyen obras de arte originales, muebles franceses de principios del XIX o un biombo oriental del año 1.600.
Los pisos superiores albergan las diez habitaciones (dos Deluxe, cinco Junior Suites y tres Suites) de este hotel concebido en formato boutique. Cada una ha sido bautizada con distintos conceptos que, para la propiedad, representan los valores sobre los que se sustentó la figura de este hombre, tan querido en nuestro país, y que permanecen en la casa, hoy convertida en un hogar para huéspedes: Vida, Amor, Alegría, Libertad, Paz, Coraje, Diálogo y Felicidad son algunos de ellos. Todas las estancias cuentan con bañera y ducha, amenities de la exclusiva marca Eight and Bob, que se pueden adquirir en el hotel, y cama king size y entre ellas sobresalen las habitaciones con terraza (con vistas al jardín y a la muralla), las del último piso (por ser abuhardilladas) y las suites (de más de 50 m²).
Entre las zonas comunes del hotel se encuentra un imponente jardín delimitado por la propia muralla de Ávila, salpicado de vegetación y coronado por un tranquilo porche y una piscina de verano que convierte a La Casa del Presiente en el único hotel situado dentro del conjunto histórico que tiene piscina exterior, además de ser el único cinco estrellas de la ciudad.
Caleña, cuyo nombre proviene de la piedra que conforma la histórica muralla de Ávila, se encarga de la propuesta gastronómica. Un proyecto en constante evolución que respeta sus raíces, pero también crece y se adapta a los tiempos.
Su oferta cambia cada 3 o 4 meses para adaptarse al producto de temporada. Se materializa en una carta basada en la cocina tradicional con guiños vanguardistas y un menú degustación que consta de 9 pases. Una propuesta de corte tradicional elaborada a fuego lento, con esa esencia que es su seña de identidad, servida con cariño, cercanía, respeto y un grandísimo producto.
El Chef al frente de la propuesta es Diego Sanz. Formado en sus primeros años de carrera en restaurantes nacionales como Llanten, Zubero o Abadía Retuerta, para dar después su salto internacional a Noma (Copenhague), Diego es, pese a su juventud, un cocinero con mucho que contar. Propone una experiencia gastronómica que combina ingredientes inesperados para crear platos que no sólo evocan recuerdos, sino que también invitan a descubrir nuevos sabores. Además, en este proyecto nos encontramos con Adrián Abella como Jefe de Sala, con experiencia en el tres estrellas Michelin Disfrutar. Un tándem que está dando mucho que hablar fuera de las murallas y al que deberías de escaparte cuanto antes.
La Casa del Presidente invita al relax, al disfrute y a la desconexión absoluta.
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