Manteniendo la esencia de sus clásicos, Totó da la bienvenida a una carta renovada que incorpora frescura y autenticidad, apostando por una cocina de recuerdo, repleta de aromas y sabores propios del imaginario gastronómico italiano y con productos de temporada que traen un pedazo de Italia a la capital.

Su chef ejecutivo Juan Antonio Medina ha construido su propuesta sobre tres pilares fundamentales: temporalidad, tradición y elegancia. De este modo, el mejor producto de temporada se convierte en el absoluto protagonista de una carta en la que se recuperan recetas tradicionales del imaginario gastronómico italiano con un twist de modernidad que las sofistican y elevan, dando como resultado una carta diferente, genuina y muy actual.

Entre las nuevas creaciones que se pueden encontrar en carta destacan platos con memoria y llenos de sabor que actualizan los clásicos del recetario italiano con guiños creativos, apostando por proveedores italianos que garantizan la calidad y autenticidad de las materias primas. Desde antipasti como sus anchoas ecológicas de Santoña con mantequilla y focaccia de romero, hasta su pizzeta con yema de huevo campero, jamón de Parma DOP con curación tradicional de 18 meses, aceitunas negras, y trufa negra servida en mesa. En la sección de pastas, el gran raviolo relleno de castaña, setas de temporada y crujiente de guanciale, así como el canelón gratinado de pato, foie y parmigiano, destacan entre el resto de novedades de la carta.

La propuesta de carnes y pescados no se queda atrás, presentando platos tradicionales como la trucha del Pirineo marinada sobre lingote de polenta y tartar de tomate, así como guisos que conquistaban Italia a mediados del siglo XX, como las albóndigas de cerdo ibérico con guiso de setas de temporada, ambas elaboraciones testigos de la apuesta de TOTÓ por el producto fresco de temporada y la innovación. En definitiva, una propuesta, que invita a hacer un viaje gastronómico hasta el origen de los productos a través de la artesanía, la creatividad y el saber hacer.

Por último, la secuencia dulce presenta tres grandes novedades: la crema caramelizada, aroma de lavanda y helado de gianduja; la tarta de queso cremosa de burrata y, por último, la panna cotta affumicata, con brevas confitadas y frutos rojos.

El broche final a esta completa experiencia lo aporta su carta de vinos y cócteles, ya que Totó cuenta con una imponente selección de vinos italianos en una de las bodegas más completas del país. Estas botellas provienen de casi todas las zonas vinícolas de Italia, lo que permite que el comensal recorra la geografía italiana a través del vino.

Por su parte, la coctelería en Totó se convierte en un elemento diferencial, desafiando la idea convencional de que los cócteles solo se disfrutan “después de las comidas o como aperitivos”. Opciones como su Marinetti, en su versión original y fizz, o su versionado Negroni fusionado con el clásico affogato italiano destacan dentro de su carta de mixología.

Además de un destino gastronómico, Totó es una apuesta de ocio de fin de semana en la capital. La música en vivo, disponible todas las noches de jueves, viernes y sábado, transporta a los comensales a la Italia de los años 50 y 60, ofreciendo una experiencia inmersiva.

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